...Señorita, comprendo que usted es libre como la música y modesta como un lápiz de madera; sin embargo, sepa usted que me cuesta no quererla y que me cuesta aún más convencerme, de que es usted a quien quiero. Sepa que la espero y sepa también, que a veces pronuncio su nombre por error ¿Quiere que se lo cuente? Está bien, pero déjeme explicárselo otro día, juro que se reirá bastante y es probable que me mande al diablo. De todos modos, en este punto de mi vida ni Mel Gibson podría ayudarme, usted no da SEÑALES y si las da, temo que no puedo verlas...
Señorita, ya está listo el café ¿Una o dos de azúcar?
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