Si esta noche me dices "te quiero" voy a pintarle un peinado de moda a la Mona Lisa, voy a recitarte cien refranes que empiecen con un Ciento volando, y regalarte mi brazo de manco para que ayudes a las viejitas a cruzar la avenida de tu sala. Cambio mis discos de AC/DC por todos los que quieras de Pimpinela, para cantarnos quedito o para cualquier pleito de domingo familiar.
Oye muchacha, señito, doña pucheros, he puesto cuatro caguamas en el refrigerador y he dejado un cartón lleno afuera. Si me dices "te quiero" esta noche, juro que vengo a ponerme como Juliana la visca, con los brindis de un borrachito fiestero. Voy a armarme un churrito grosero y fumármelo como habano de la victoria. Vendré a casa temprano, pensando que quizá si fuera hijo de Amy Winehouse no tendría problemas para invitarte al cine, al café, a comer elotes al parque; supongo que serían las cosas más honestas del mundo, y yo sería una buena pareja, y un buen hijo, y Amy sería un buena madre, aunque haya sido heroinómana y coqueta. Lástima que se haya muerto.
Cariño, éste soy yo: un villano hollywoodense pedorro y te muestro el engranaje de mi plan malévolo si hoy me regalas un "te quiero" nocturno, porque le tengo fe al futuro, porque no estoy marihuano -aún-, porque los malos equivocados siempre triunfan y nosotros, los de a de veras, nos quedamos nomás con las ganas. Haz favor de no sacar al Bruce Willis que traes contigo y no desmadres estas ganas de quererte, que yo no estoy hecho para hacer secuelas y mis películas nunca han merecido un remake decente.
Amor, ya me voy. Deja que termine de amarrarme los zapatos y de ponerme un poquito de loción, la felicidad y los desaires son mejores cuando uno huele rico dicen por ahí. Aquí te dejo dos cigarros y un paquete de agarrón de nalgas, por si quieres atacarme a traición. No pasa nada si me dices que me quieres, nadie te va a golpear, ni a juzgar, ni a pegarte chicles en el pelo, ni a poncharte las llantas, ni a quererte tanto como yo, es más: si te animas, prometo verbalizarte y ponerle tu nombre a un tratamiento contra las arrugas cardiovasculares del universo. Al mundo no le faltan innovaciones, mi amor, lo comprendo, pero solo estamos a un "te quiero" de distancia, solo es cuestión de una oportunidad y por supuesto, muchacha, de que no te gane la hueva a la hora de levantarte para recibir mi serenata. .
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