7.8.13
...
Tantas maneras de extrañarte
y elijo siempre la peor.
Dice la gente que de eso se trata, que las cosas que valen la pena llegan solas y no cuenta luchar por estar contigo, pero ¿cómo puedo explicarle a todos estos sordos sin cura, que no me gustan las esperas invertebradas, que me sangran las manos y la voz y todas estas palabras que, por la espera, tienden a podrirse a dos centímetros de mi garganta? Entonces me doy cuenta que te quiero y mando a la verga la opinión del público en general.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario