A veces sólo me siento ahí, debajo de la tinta. A veces me cuesta trabajo levantarme y pienso que no hay mejor esfuerzo que sonreír y cantar. Quizá porque estoy cansado y no encuentro otra manera de cerrar los ojos, que reposando mi cabeza en las piernas de alguien con quien puedo ser débil y aceptar que me canso de poder, aunque no pueda más.
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