Tomarás mi mano un día
y
querrás salir a caminar,
en las
noches de agosto,
sobre la tinta de un cuentista,
o en la fotografía de un desconocido.
Vendrás con lluvia
y querrás tomar un café,
sobre la tinta de un cuentista,
o en la fotografía de un desconocido.
Vendrás con lluvia
y querrás tomar un café,
y
querré tomarte de la mano,
y verás que no hay más manos
que las mías esperando fantasmas.
Sonreirás y buscarás mi sonrisa
y verás que no hay más manos
que las mías esperando fantasmas.
Sonreirás y buscarás mi sonrisa
y
disfrazaré un gemido
y todas las risas se irán en eso,
y todas las risas se irán en eso,
en una
mueca inútil,
en un
intento absurdo
para sobrevivir.
Vendrás en Octubre,
más tarde de lo que imaginas,
en una hora inapropiada del día
y preguntarás por mis manos
y vendrás con lluvia
Vendrás en Octubre,
más tarde de lo que imaginas,
en una hora inapropiada del día
y preguntarás por mis manos
y vendrás con lluvia
y
querrás un café
y
buscarás mi sonrisa
y
llegarás a destiempo
y no
habrá nada ya.
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