2.9.13

always late...



Despertar queriendo
TU BOCA
Queriendo pronunciar otro nombre.


Como niño después de una inyección, chupo una tutsi y me calmo el llanto. Qué desgastante es pasar por estos pasillos, siempre estrechos, sin escaleras y caer en una serpiente (lenta, siempre lenta, cada vez más lenta) que nos regresa, siempre, al mismo lugar. Me acostumbré a jugar a las escondidas sólo y tener que encontrarme siempre en la misma posición fetal, oculto bajo las sábanas de mi cama, llorando, repitiendo el nombre al cual, de tanto recordar, desgasté las letras y se borraron de mi memoria.


Es que, a veces, uno se cansa de tomar atajos y llegar siempre tarde, siempre tarde, siempre a la misma historia; sentado, junto a una rockola, con un cigarro entre los dedos, besando vasos con fervor, con la petición crónica de todas las tristezas: Un cenicero, mi amor y otra caguama.


No hay comentarios: