23.6.17

Urgente (2)



—... ¿Bueno?
— Soy yo
— ... ¿Con quién desea hablar?
— Contigo, soy Lucio.
—...¿Lucio? Número equivocado.
— No, la otra vez sí me equivoqué, ahorita no. Soy el que embarazó a su cuñada ¿Te acuerdas?
— ¡Claro, sí! ¿Cómo olvidarlo? Dígame ¿En qué le puedo ayudar?
— En nada, solo quería saludar.
— No quiero parecer grosero pero son las dos y media de la mañana, voy colgar porque debo levantarme temprano, Lucio.
— ¿Haz intentado masturbarte?
— ¿Perdón?
— Un buen remedio para el insomnio es la masturbación.
— No tengo insomnio, me despertó tu llamada.
— Eso es muy gay ¿no?
—¿De qué carajo hablas?
— Despertarte a las dos de la mañana solo para contestarme...
— A estas horas lo que uno piensa, al momento de recibir una llamada, es que alguna emergencia se presentó.
— Gay otra vez, te preocupas por mí...
— Pensé que era una emergencia, no vi quién llamaba.
— El amor es una amergencia.
— ¿Qué...?
— Lo leí una vez en un libro de Pedro Neruda.
— ... Pablo...
— Lo que sea. Ya estamos hablando, no hay marcha atrás.
— ¿Siempre haces lo mismo?
— ¿Qué cosa?
— ¿Llamar a estas horas para chingarle la madre a la gente?
— No, claro que no. Eres, para mí, lo más próximo a un terapeuta. Deberías aprovecharme también. Cuéntame sobre tu vida...
— Estás loco, voy a colgar...
— Pudiste hacerlo cuando te dije quién era, y cuando te dije que te curaras el insomnio manualmente, y cuando dije que eras gay. Como tu terapeuta digo que eres gay y que eres perra dramática e insomne.
— No soy gay.
— Entonces eres insomne y te gustan los conflictos...
— Nunca he he golpeado a nadie.
— No ese tipo de conflictos. Te gusta conflictuarte solo. Se nota que eres una persona inconforme consigo misma. Y bueno, el insomnio viene a confirmarlo.
— ¿Qué clase de conversación es esta? Cómo sabes que sufro insomnio.
— Tu última 'historia de whatsapp' la subiste dos minutos antes de que te llamara.
— ¡Me tienes registrado! Pero si no sabes mi nombre.
— Lo dice tu ID de whatsapp.
— Esto es enfermizo.
— Un poco, pero somos terapeutas uno del otro. Siempre hay algo enfermizo en contarle cosas a un desconocido, anque tenga un título colgado en la pared. Ni modo, debe ser así.
— Supongo que tienes razón. Y a todo esto ¿Por qué llamas? ¿Por qué a mí?
— No lo sé, me caiste bien. En fin, solo pasé a la caceta porque voy caminando rumbo a casa, me acordé de la llamada de la otra noche y decidí saludarte. Te marco pronto, nuestras sesiones oficialmente acaban de iniciar...
— ¿Y si digo que no las quiero?
— No pasa nada, pero podrías perderte la explicación del porqué fumas cuando no quieres llorar o del porqué no puedes soportar quedarte con las dudas con este tipo de llamadas emergentes. Hablamos luego. Aquí tengo tu número, en el cel, pero no tengo saldo, solo wifi..
— ¿Cómo podrías saber todo eso?
— ¿Estoy en un error?
— Me da curiosidad tu deducción, hmmm, a ver ¿Cuál es tu número? Te echo una llamadita...
— Nueve, seis, siete... Espera Supongo que esto nos hace, de cierto modo, amigos. No me desagrada la idea. Hablamos luego...
—Aguanta, Lucio, rola tu número
— ...
— ...¿Bueno?

No hay comentarios: