23.1.23

confesión

 Fumé un pipazo antes de subir al colectivo. El no pensar en las consecuencias me tiene al filo de la vergüenza: La pipa viene bien hedionda y mis "buenas noches" a las dos de la tarde, al subir al colectivo, son delatores de mi pasado aún humeante y oloroso.

Señor todo poderoso aquí estamos de nuevo, frente a frente, viéndonos fijamente a los ojos. Dios y el hombre, en una ruta 91.

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