18.10.13
generosidad
Un hombre pobre que caminaba cabizbajo se acerca a uno vestido de traje Dolce, con paso lento y una mirada serena, y le pide dinero. El hombre elegante le dice sonriendo que no pasa nada, el dinero no lo es todo en la vida, saca mil quinientos pesos de su cartera y los deposita en la mano del mendigo, diciéndole que los ocupe en los gastos que quiera. El hombre pobre sonríe, da media vuelta y se aleja sin darle gracias al elegante y generoso hombre de traje. El hombre de traje se siente aliviado, nunca antes había tenido el cañón de una pistola en la frente.
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