2.7.14
4:45 am
Estuve sentado frente al monitor cinco horas y no se me ocurrió nada para decir, o mejor dicho, mis dedos no encontraron cómo decir todo lo que quisiera. Supongo que es un efecto secundario de todas las ratas que circulan en el tejado de mi cabeza. Ya ni modo.
Beatrice, perdóname, estuve pensando en ti de nuevo. Algo debes hacer para no permitir que siga con esta celinidad crónica. Matarme, por ejemplo, o aceptarme otro café.
Pd: Dejo esta nota para que no sea encontrada por algo que no sea el azar travieso, que existe entre tus ojos y este silencio.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario