Desde este segundo piso de sábado
decido marcarle a tu lejanía desde mi teléfono de lata e hilo,
dejo mi aliento en la parte de atrás de un camión,
y mis pasos en la arena de un saludo lejano.
Los martes, aparto tres minutos para decidir mi destino,
nueve para cantarte siempre,
cien para aburrirme de ti
y la vida para verterla en todos tus pretextos.
Los jueves me hago tonto.
Los lunes los uso para no saber de ti
para no verte,
para rezarle a alguien
y arrepentirme de no creer en Él más de lo que creo en tu desaparición.
Pero los domingos, señorita,
los aparto para saludar,
hablar, querer,
maldecir y fumar,
tomar para recordar
que tu ausencia no es más que el parpado de Dios
cayendo sobre mis hombros
y acercándome a esta tumba
puesta en honor al día en que te conocí,
lista para que la rente
el tiempo que me lleve pronunciar tu nombre.
1 comentario:
¿Ya que el jueves te haces tonto, puedo ocuparlo? :3 xD
Publicar un comentario